Que la calidad de la mayoría de los productos sin gluten ha
mejorado muchísimo en los últimos años, es algo que ya no escapa a nadie. En
algunas cosas, como en la pasta sin gluten, la evolución ha sido espectacular y
se han conseguido texturas muy similares a las de la pasta tradicional. Podemos, además, encontrar un gran surtido, como las que
comercializa Pastas Gallo: tallarines, espaguetis, tiburones,
hélices, plumas y fideos.
Sin embargo, por error en su elaboración, a veces no la
sacamos el máximo partido. Para intentar poner remedio a este problema,
aprovechar al máximo las cualidades de nuestra pasta y sacar todo el partido posible para
disfrutarla, os he preparado unos pequeños consejos para cocinar y conservar la
pasta y conseguir el mejor resultado.
Espero que los pongáis en práctica y os resulten útiles.
Vamos a empezar por la cocción.
Lo que tenemos que hacer:
Utilizar la cantidad
de agua adecuada.
Se recomienda utilizar 1 litro de agua por cada 100 gr. de
pasta. ¿Por qué? Aunque tarde más en empezar a hervir el agua, apenas perderá
temperatura al echar la pasta y el almidón se distribuirá por toda esa cantidad
de agua. Conseguiremos así que el agua vuelva a hervir rápidamente y que la
pasta no se pegue ni apelmace.
Echar sal.
Añadir sal al agua. Si no la echamos antes de cocer la pasta,
estará bastante insípida después de cocinada. Es difícil corregir el punto de
sal si no la hemos utilizado o la hemos olvidado durante la cocción.
Remover:
Una vez que el agua esté
hirviendo, echar la pasta y remover con cuidado de no romperla, suavemente. Con
ello también evitaremos que se pegue.
Cocer el tiempo indicado.
Cuando empiece a hervir de nuevo, bajar el fuego a
temperatura media y cocer la pasta durante el tiempo que recomienda el fabricante: En los
envases de pastas Gallo sin gluten, aparecen dos tiempos de cocción: para pasta
más blanda o pasta al dente. Respetar siempre esos tiempos y obtendremos
una pasta perfecta, a nuestro gusto.
Escurrir.
Eliminar el
agua de cocción echando con cuidado la pasta en un colador grande.
Añadir un poco de aceite.
Una vez
escurrida la pasta, y todavía caliente, añadir un poco de aceite.
Lo que no tenemos que hacer:
Echar aceite en el agua de cocer la pasta:
Como os he
explicado un poco más arriba, el truco para evitar que la pasta se pegue, está
en utilizar la cantidad de agua adecuada y en remover la pasta. No necesitamos
añadir aceite para ello.
Enfriar con agua bajo el grifo.
Otro error común que hará que la pasta se
aplaste y se rompa.
Para servir:
Salsa.
La salsa tiene que estar preparada cuando nuestra pasta esté
cocida. Es importante que la pasta no tenga que “esperar a la salsa”. Mejor al
contrario.
Añadir la salsa o aliño una vez la pasta está escurrida.
¿Y si queremos pasta fría o una ensalada?
En ese caso, tampoco enfriaremos la pasta ni bajo el agua ni
en la nevera. Echaremos el aceite del aliño sobre la pasta caliento, mezclar y
esperar a que se enfríe para echar el resto de ingrediente.
Para
terminar, por cortesía de Pastas Gallo, para probar sus pastas sin gluten y
todos los consejitos de este post, os dejo un regalito: un vale descuento que
os podréis descargar pinchando en la imagen.
¿Las habéis probado ya todas?
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